jueves, 17 de septiembre de 2020

Silencio piba

No grites
No grites
A nadie le importa
Lo q tengas que decir

Cortate las cuerdas vocales
No las necesitas
Solo sentencian antagonismos
De una mente perturbada
No grites
No grites

No hables
Calladita
Que el silencio es salud
Calladita
Que el silencio es mejor

No grites
Que tu grito es mudo
Hueco
vacío
nulo
Es nada

No grites
Ahogate en tus palabras
En tu vomito discursivo
En esa urdimbre de ideas
Fétida e innecesaria
De sinceridad hipócrita
De lamentos pasados
De deseos utópicos
De sueños inalcanzables
De nostalgia barata
De dolor inconmensurable

No grites
No grites
De nada sirve
Estas muerta
Nadie te escucha
No grites
No grites
NO GRITES

jueves, 21 de marzo de 2019

Matías

Nunca creí que pasaría
sospeché era fantasía
jamás me imaginaría
que al fin te encontraría

Agradecerte que estás
sentirme más que infinita
Ahora nada me evita
Comprender lo que me das

Vivir todas las mañanas
Despertarme y ver tu ser
Hoy entiendo que es poder
Respirar con tantas ganas

Y jugar a mil maneras
De reírnos, de crecer
Porque se que este querer
No conoce de barreras

Aunque temores soltar
Bien a veces se complica
Mi amor jamás abdica
Siempre puedo mejorar

Es hermoso transcurrir
Este camino contigo
donde airosa al fin demigo
Lo que pueda reprimir

Lo que llaman libertad
Siento materializado
Porque estando a tu lado
Sé, tengo esa potestad

Aquello que yo he encontrado
Al haberte conocido
hoy abrazo ÿ anido
Porque nunca así he amado

Y me siento invencible
Tomada de tu mano
Caminando sin apiano
Nada, nada es imposible.





miércoles, 23 de agosto de 2017

One, two, three, four shamrocks and you (what a lucky girl I am)

voy a germinar en tu alma
voy a enredarme en tus piernas
regarás mi sed
floreceré tus días

Basta de poesía.
Ahora tengo que hablarte directo, sin tanta parafernalia de recursos:

siempre lo supe, debo confesar.
Siempre supe que esto, o algo similar, iba a sucedernos
desde el primer "alguien es 420?" que leí de vos en el chat que nos introdujo,
desde ese primer encuentro frente a frente,
en donde te vi llegar y seguí de largo porque mi alma crujió copiosa.
(Sí, sí, así fue, mi amor, te esquivé porque lo supe al sentirte pasar a mi lado)

No tengo pudor alguno en afirmarlo ni en sostener que quizás, muy probablemente todo esté digitado, nada de esto puede ser una mera coincidencia.
Tampoco tengo reparos en nada, honestamente, estando con vos, me siento ilimitada.

Quizás algún nudo retorcido de mi cabeza,
entre tanta falta de garantía,
me haga sospechar de estar viviendo
algo tan singular
y a veces tiendo a creer que nada es real.

Pero aparecés, vos, entre la niebla
de mis dudas más atroces
y me recordás:
que estamos vivos
que estás ahí
que estoy acá
que estamos
que somos
que sentimos
que nos disfrutamos
que nos parecemos
que nos diferenciamos

Sé que sentir tanta libertad
debería darme pánico;
pero
no
puedo,

no
me
sale
tener
miedo
con
vos.

Hay algo, mi amor, que va más allá de lo que los simples humanos pueden entender
y que sólo vos y yo conocemos. Ése es nuestro secreto más resguardado, el que nos hace ser.

Hay algo, mi amor, que va más allá de lo que mis absurdos intentos de ponerlo en palabras puedan tratar de explicar (y los tuyos también). Vos sabés. Yo lo sé.

Hay algo, mi amor, entre vos y yo, que no es común, que hasta parece ajeno e indescriptible. Esas ganas de vernos, esa forma de extrañarnos, esos planes que surgen, esos deseos de compartir tanto, de seguir conocíendonos.

Hay algo, mi amor, que me dijeron cuatro tréboles de cuatro hojas, encontrados en cuatro minutos, en aquel lugar que tanto nos place, que no puedo decirte, pero sé que sabés.

Hay algo mi amor, que me hace adorarte más a cada segundo.
Hay algo, mi amor, que me lleva indefectiblemente a vos todo el tiempo.

Hay algo, mi amor, que me cambió la cabeza, el eje, las estructuras, los planes.
No sé si algo de vos, algo en vos o simplemente vos o todo vos.

Hay algo, mi amor.
Hay amor.

El resto es cotillón.




miércoles, 16 de agosto de 2017

Anónimo

Me gusta ser abrigo de tu nostalgia, 
lecho para tu cansancio, 
cuenco para tus lágrimas. 

Me gusta ser espalda para tus días, 
sueño para tus noches, 
tierra firme bajo tus dudas. 

Me gusta ser ventana para tus ojos,
remanso para tus iras, 
aliento para tu canto. 

Me gusta ser tu sombra, 
tu perfume. 

Me gusta ser el agua, 
me gusta ser el viento, 
la luz que te embellece. 

Me gusta ser este amor 
que da la bienvenida a los días 
y no se cansa 
y no se cansa.

jueves, 3 de agosto de 2017

Domingo con lluvia

Comenzó la noche plagada de ansias. Mi mente desvaneció de deseo. Y entonces sucedió.
Llegaste mientras dormía y mi cuerpo al oír el sonido de la puerta se estremeció insoportable. Necesitaba alcanzar tu boca, una vez más. Mil veces más. Hundirme en la inmensidad de tus besos.
Ahí estábamos, nuevamente, fundidos en un aro de fuego que nos atravesaba y nos amalgamaba, haciéndonos vibrar en la misma frecuencia, apartados del mundo que nos rodea. Entrando uno en el otro, desesperados, admirados, alucinados. Rodeada de tus ojos inmensos, sendero misterioso y oscuro en el que me desoriento y sólo atino a sonreír tontamente, ante lo evidente e irrefutable: estoy perdida ante tu existencia, estoy perdidamente hipnotizada, locamente feliz y estúpidamente maravillada de vos.
Decir que estoy enamorada es un cliché demodé que incluso subestima la fuerza, inmensidad e intensidad de este volcán de sorpresas que erupciona al saberte o sentirte cerca, aunque sea de manera virtual, algo que jamás sentí en mi vida y que no creo que pueda algo superarlo, alguna vez.
Sentir la vida acariciarme cuando descanso mi cabeza en tu cuello, ver todos mis errores y defectos aplacados por tu sonrisa, ante mi mirada. Creer una vez más que es real, existe y estará ahí siempre, que es posible, que puede sucederme, que tenía que llegar así de intenso y permanecer ardiendo perennemente.
Y estás ahí, dándole sentido a la cotidianeidad, abrigando mis dudas y penas. Afuera llueve, pero donde estás vos siempre sale el sol, y donde esté con vos siempre va a ser mi lugar.